(Modificado del libro 'Tu perro piensa y te quiere. Entrenar
perros no es como te lo habían contado' de Carlos Alfonso López García)
Los perros son animales sociales. Eso es incuestionable. Y
como animal social, la integración y pertenencia a un grupo es un gran
motivador. Los perros dan un gran valor al refuerzo social que obtienen de las
personas a través de las emociones. Este refuerzo social, la pertenencia a un
grupo con sus emociones sociales, es la raíz del vínculo que puedes crear con
tu perro. ¿Por qué no usar más frecuentemente estas motivaciones sociales para
generar conductas en el perro? ¿Qué tipos de refuerzo social existen?
Lo que comúnmente se hace para generar nuevas conductas en
el perro es utilizar un reforzador primario, por ejemplo la comida a través de
premios (aunque se está empezando a considerar al refuerzo social también como
un refuerzo primario), recompensando las conductas que queremos que se repitan,
puede ser guiando al perro o por medio del moldeado con aproximaciones a la
conducta deseada.
Pero, ¿qué sucede cuando desaparece ese reforzador primario?
Que la conducta también desaparece. Dependes de ese reforzador para que tu
perro haga lo que le pides. Puede estar bien para ejercitar mentalmente al
perro enseñándole diversas habilidades caninas o trucos, pero si te conviertes
tú como persona en su principal recompensa, no tendrás que depender de otros
reforzadores, estarás fortaleciendo su capacidad social y llevarás el vínculo
con tu perro a un mayor nivel.
Incluir los refuerzos sociales que a continuación te
expondré dentro del esquema de aprendizaje de tu perro es fundamental para que
las conductas aprendidas se perpetúen en el tiempo, ya que estos motivadores
hacen que dichas conductas sean consistentes y que se fijen fuertemente en el
perro por su carácter social.
Refuerzos Sociales
contacto físico: los perros se consuelan, se muestran afecto
y emociones a través del contacto físico directo. Por lo tanto, ¡fuera tabús!
Toca durante el juego, acaricia, masajea...a tu perro. Es una de las mejores
formas de reforzarle. Pero también deja que tu perro te toque y acaricie de
forma socialmente correcta como recompensa, de esta manera sabrás si el estado
emocional del perro durante los ejercicios es el óptimo y, por otro lado, la
intensidad y duración de los contactos mutuos te darán una idea de su estado
social.
El juego: el juego es muy importante para los perros, es un
refuerzo social muy fuerte, los cachorros aprenden sus primeras conductas
sociales a través del juego. Jugando con tu perro se fortalece el vínculo. Para
que el juego sea un reforzador social no tiene que estar monopolizado por una
de las partes (normalmente la parte humana): si siempre ganas y cambias las
normas a tu antojo, tu perro no se implicará en los ejercicios. El juego debe
tener unas reglas sencillas a través de señales verbales o gestuales que tu
perro entienda. Por ejemplo, se puede construir un juego con un mordedor para
reforzar
socialmente la llamada: en un principio se juega con el
perro pero pidiéndole que lo suelte, luego se le llama y se juega con él, pero
en esta ocasión se deja que él gane y se lleve el mordedor. En este ejemplo el
juego social con el perro tiene unas reglas: si te llamo, te acercas, jugamos y
ganas el juego.
La aceptación: la permanencia dentro de un grupo es un gran
motivador. Si tienes varios perros y quieres practicar el manejo conjunto pero
dejas fuera a uno de ellos, verás que lo pasará mal, se agobiará porque querrá
estar con el grupo. Puedes usar como reforzador y castigo el sacar y luego
introducir dentro del recinto de trabajo al perro que no haya atendido a las
indicaciones mientras practicas con los demás (¡cuidado! Si no atiende. NO si
se equivoca, para ello se debe tener una señal que le indique que se está
equivocando y que tiene que pensar y probar otra conducta. Y como ves, la
palabra castigo no tiene que implicar pegar o maltratar al perro, no nos auto
censuremos en el lenguaje, las cosas claras y sin eufemismos).
La atención: también prestar atención a tu perro, aunque sea
sólo mirándole, es un reforzador social. Es más, muchos perros prefieren una
atención negativa, como el enfado del dueño, a una absoluta desatención (esto
es lo que pasa cuando un perro llama la atención ladrando su dueño le regaña:
está reforzando esa conducta). Los diferentes niveles de atención y desatención
permitirán influir de forma precisa en la conducta del perro.
La cercanía: lo natural en los perros es que su grupo social
esté junto (no es natural que un perro viva aislado de su grupo de convivencia,
como muchos perros de jardín) y que cada miembro esté pendiente de dónde están
los demás (a que esto te suena, a que tu perro sabe en todo momento dónde estás
dentro de casa). Por lo tanto, hay que dejar que el perro se mantenga cerca
reforzando y potenciando el vínculo haciendo que la comunicación se afine y sea
más sencillo practicar nuevos ejercicios (no lo lleves al extremo de tener al
perro encima todo el día, también es necesario que sepa estar solo en una sala
para no tener problemas de comportamiento).
Como acabas de leer, existen más reforzadores sociales a
parte de las caricias. Usa estos motivadores y tu vínculo con el perro se
incrementará enormemente y dejarás de depender de reforzadores extras porque TÚ
SERÁS LA RECOMPENSA DE TU PERRO.